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7/10/13

The end is coming

Alguna vez has sentido que llega el fin, that the end is near, around the corner?

Te has parado de la cama sudado, con la garganta seca y los labios rasgados?

Dime! Cuántas veces has tenido miedo de mirar por la ventana? Acaso alguna vez no se te ha acelerado el corazón?  Yeah! And then the you feel it, you feel it coming.

You know it's there,  outside,  in your backyard,  watching you, staring at you. You don't go to the kitchen, you don't want to get up and pee.

Lo has sentido?  En tu sala, oculto detrás de las cortinas,  esperando que te sientas confiado,  que abras los ojos sin temor, que camines relajado.

Y en ese momento en que crees que todo está bien,  que fue un mal presentimiento,  justo ahí,  en ese instante en que das un gran respiro, llega y te come, lento, poco a poco. 

Te corta, te ve sangrar y te digiere.

6/9/13

La ciudad de los primos.

Tengo un amigo que adoro. Familia con siglos sin ver. NY got my pockets broke, whatever, I said.

Cinco de la mañana y ya había visto medio mundo, incluyendo las esposas de terroristas forradas en tela; bellos ojos que se asoman.  (Cómo hacen el chequeo en los aeropuertos? )

La ciudad hiede, and again, whatever. Me sentí impotente ante tanta energía.  That city has a heart,  it beats.

Un día me senté en un banquillo maldiciendo mi isla estancada en 500 años de corrupción. Otro día en el Metro, sentí pena por los newyorkers que viven sin impresionarse ante tanto. Sentí náuseas,  que me sofocaba, exaltación,  excitación,  admiración. 

The city that never, ever, sleeps. Será un problema con el colchón?  Leí por ahí.

11/8/13

Al séptimo día.

Dicen que, en el proceso de la creación, Dios se sofocó al séptimo día. Un grupo de rosca izquierda dicen que es el sábado, otros capitalistas, el domingo. Me da igual, whatever.

Can We skip sundays? Y evitarnos la molestia del día mas Hijo de la gran puta de todos? Hace rato que estoy despierto y el cuerpo cobrándome una semana llena de papeleos, viajes al interior y auditorias de último minuto.  Fuck!, hasta un lado de la nariz tengo tapado de moco; respiro pesado como enfermo de asma.  Tengo que barrer mi apartamento.  Está lleno de tickets de parqueos, de mi pelo que se cae por el paso del tiempo, una multa por hablar por el celular y una colilla de cigarrillo?

Tengo una hora pasando títulos en Netflix.  Tengo un hambre del diablo y en mi nevera el envase del agua está por mitad, odio pararme de la cama, estoy pensando orinarme en ella.

Me pesa revisar el celular.  Estoy empezando a sentir esa sensación de mareo por no tener nada en el estómago, ese pequeño dolor de cabeza porque tu azúcar está bajita en tu cuerpo. Me empiezan a sudar las axilas.  Acabo de darme cuenta que solo van doce horas, doce horas de este domingo!!! Le quedan doce horas más a este domingo!!!! 

Maldición!!!!


Aquellos días

Recuerdo aquellos dias donde no importaba si el cliente pagaba la cubicacion, a esta hora ya teniamos dinero en la cuenta. Raudos por la carretera pasabamos frente a Parador Castillo que a esa hora dejaba de servir alimentos para convertirse en un centro de entretenimiento para adultos, o como decia Glenys, una cuereria.

En la bomba de Amable se gastaban los primeros mil pesos del cobro, en pequenas bien frias frias con pechurina ahogada en aceite caliente, el mismo del miercoles pasado, pero whatever, es bavaro y si ya comiste donde Boba, tienes cancer o no eres humano. Criticabamos las decisiones de los jefes, desnudabamos a las nuevas vendedoras, nos reiamos de los arquitectos que olvidaban las pendientes para los desagues de las manejadoras, era nuestro momento macho/hormigon/botas/camionetas/manos asquerosas/olor a aditivos del dia.

Cuando te orinas las botas y te salpicas el pantalon, entonces sabias que ya no podias seguir bebiendo de pie, como vaqueros del viejo oeste, todos en fila hacia el Guateque. Bachata amargada, merengue sin letra, mujeres camareras de dia, prostitutas de noche, habitaciones sencillas y deluxe, placeres incluidos, tufo. La vista se nubla y el celular se llena de mensaje; insultos de un compromiso que has roto y que llora desconsolada en Santo domingo, por otro lado, varias llamadas perdidas de alguien que te esperara en Mangu a las once. Llegas a tu casa y no te atreves a sentarte ni en la incomoda silla de tu comedor, temes a caer rendido y despertar al tercer dia, como aquel que vino hace cuchimil siglos atras. Todo queda lejos, es como vivir en Florida pero ganando en pesos.

Cae la noche. Andamos en solitario. Es el momentos de ver y voltear la cara, no quieres enterarte de Tezanitos con Dorka, ni Marian con Jose, ni Samir con Rosa, todos se agarran de la mano, hablan con ternura, miran con deseo y dan besos en la frente, dicen palabras bonitas, prometen divorcios. Yo me junte con ella, bailamos hasta tarde, nos pasamos subiendo y bajando escaleras, escondidos entre turistas, sankies y amantes. Fuimos a esperar el amanecer en la playa, desayunamos cerveza a ciento cincuenta pesos. Hace tiempo dejamos de hacernos promesas, ella se va para Madrid a estudiar y no volver, yo me ire a Santo Domingo a rogar con flores en las manos que no me deje, que todo fue un error, un sueno de verano de aquellos dias.

26/6/13

What we want.

Por qué si ella me ama, me cocina, me hace bocadillos a la hora que se me antoja. Me besa y me aprieta. Por qué si ella se pasea desnuda por la sala y recoge la ropa que anoche dejamos tirada por las ganas apresuradas.

Por qué no puedo amarla?

Porque si ella se desvela cuando estoy enfermo, me escribe poemas. Por qué si solo tiene ojos para mi, si su humedad tiene mi apellido.

Por qué no puedo amarla?

Por qué no puedo devolverle una reacción,  un te extraño a media mañana, un té cuando está agripada?

Maybe, just maybe, all we want is TO love. Emperrarse hasta los huesos por esa persona que nos consume, que nos quita el equilibrio, que nos hace decir incoherencias, que nos vuelven esclavos al servicio de su majestad.

Es posible que, al final, lo que queremos es amar.

11/6/13

Brechando

Hola vecina. Déjeme decirle que todos los días la veo bajar apuradita por las escaleras, bien de prisa para que no la deje el bus. También, vecina, déjeme decirle que la he visto bajar bien arregladita con su faldita corta y el pelo suelto, aunque por mala suerte,  no he podido ver quien es que la recoge.

Vecina, y usted está bien? Hace días la vi sentada al pie de la escalera, con la mirada perdida, como extrañando a alguien que no volverá. Vecina, y cuando se pasó la mano por la cara, aquel día de mucho sol, eran lagrimas las que se quitaba de su rostro,  o era el sudor, o su pelo hermoso como un valle sembrado de girasoles?  Oiga vecina, la blusa que mejor le queda es la de rayas azules; el azul del cielo,  el azul del mar. 

Algún día tendré el valor de marcar tu número y preguntar cómo estás. Algún día tendré el valor de tocar tu puerta y pedir... bueno, ese día me invitaré una excusa.  Algún día te esperaré. Mientras, seguiré en mi ventana pendiente a tus pasos,  esperando que dejes las cortinas abiertas, qué bailes mientras te cambias, que no llores más al llegar a tu casa, que en vez de subir esas escaleras, subas las mias.

31/5/13

Soledad 1.1.1

Cómo es posible que estamos en la misma ciudad? Cruzando las mismas calles, compartiendo el mismo tapón, echando un conversa'o con la soledad en cada semáforo. Planificando la tristeza de ir al cine sin ti.  Mi casa son cuatro paredes. Un cementerio de hermosos recuerdos. La estufa es una pieza de museo. En mi nevera hay agua y un sobre de salsa ketchup, se dañó un pedazo se bizcocho.  En mi terraza, donde mirábamos la luna como idiotas, hay un bombillo quemado.

Al llegar a casa me percaté de la situación.  Esa área es ahora un paisaje de desolación,  de abandono,  un paraje tenebroso, un cementerio muertos olvidados, mi vida sin ti.

Cosas que se pierden

Barcelona es una linda ciudad. Organizada, creada para el disfrute de sus habitantes y visitantes.  Llena de arte, bastante diría yo.  Calles pavimentadas con adoquines; creo que los adoquines le aportan un romanticismo especial a los callejones, a las plazas.  Le nacen flotecitas entre las juntas, en fin.

Y allá en Barcelona,  entre bares llenos de buena música y gente bella,  te perdí.   Perdí mi sueño de envejecer a tu lado en una casita de madera en Cabrera; de quitarnos la sal en Dudú.  Perdí a los hijos que casi tenían nombre. Perdí cocinarte, bailar hasta el amanecer. Perdí agarrarte de la mano. Perdí hacerte sonreir.