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24/7/13

La Pitonisa

Puse los pies tan alto cuando me bajé de la cama hoy. Pintaba ser un día común pero terminé en el mismo lugar oscuro y feo que anida en sus techos una familia de macabras palomas. Al lado de mí una pitonisa hacía su primera catarsis. Vino a preguntar qué es este lugar y le explicaron que aquí encierran a los abusadores. Preguntó qué es un abusador y le describieron a su mamá. La pitonisa inició su letanía. Es que si no me quedo me va a hacer trabajar para conseguirle dinero. Es que si no me quedo no seré chef ni tendré el don de la palabra, no seré la mamá de dos niñas y un niño, no seré lo que escoja ser. Es que si no me quedo no me defenderá cuando le cuente que su hermano me toca. Es que si no me quedo, no terminaré la escuela, mis cicatrices seguirán extendiéndose, enmudeceré. Es que si no me quedo me jode. Difícil creerle, la pitonisa entra y sale de su trance que a unos nos parece demasiado familiar y a otros demasiado comprometedor como para involucrarnos.
La pitonisa tiene once años y sabe que si no se queda, la mata.

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