Los cuerpos entran y salen
de mi como si mi cuerpo fuese habitación de paso.
Algunos salen tan desnudos como entraron,
otros vestidos de jueves de agosto a mitad de la tarde,
muchos no recuerdo como entraron.
En esa procesión de cuerpos,
que me habitan y deshabitan
en su ir y venir por mi cuerpo
dejan un sabor a humedad
y canciones de The Black Keys
pegado a las cortinas.
Entran y salen
no importa la hora
o los relojes que intentan
marcar el paso.
No importa los vasos en el piso
o las colillas que no alcanzaron el cenicero.
Cervezas, ron, música, risas,
nunca falta el silencio que antecede al último suspiro
después de alcanzar la libertad
abrazados a esas piernas que cargan esos cuerpos.
Los cuerpos entran con
cabezas, piernas, brazos
botellas de ron, cajas de cigarrillos
guitarras, versos encadenados en sus espaldas.
Me muerden las ganas,
se beben mi cuerpo,
fuman mi nostalgia,
estrellan las guitarras en mi cabeza,
me dejan las cadenas.
Cuerpos entran y salen de mí
como si yo fuese ese refugio
que los va a proteger
de las tormentas que trae consigo
la madrugada a pesar de los pronósticos
de un buen jumo encontrado en una botella
o un vaso de la suerte.
No importa,
entran y se quedan en mi desnudez,
como si mi desnudez les perteneciera
y recitan versos de Girondo,
como si supieran de mi obsesión
con Girondo y su Norah.
Escriben en las sabanas
otros de la Pizarnik buscando exorcizar la melancolía.
Me atraen,
Tarareando canciones de Aznavour,
hacia sus piernas,
como si supieran
de mi obsesión con las canciones de Aznavour
cuando el cielo presagia esa leve llovizna
que invita a caminar sin rumbo.
Los cuerpos entran y salen de mí
haciendo de lo que resta
de mi cuerpo
lo que le dictan sus ganas
como si conocieran todos los nombres
de mis obsesiones y los rincones
donde suele perderse.
Todos entran y salen de mí,
mojando el recuerdo que me queda de ella.
Algunos salen desnudos,
otros visten de mis obsesiones,
otros tal cual entraron,
muchos no recuerdo si salieron.
Todos entran y salen,
yo me quedo
habitando su nombre en mi cuerpo
en el cielo que me dio.
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