Barcelona es una linda ciudad. Organizada, creada para el disfrute de sus habitantes y visitantes. Llena de arte, bastante diría yo. Calles pavimentadas con adoquines; creo que los adoquines le aportan un romanticismo especial a los callejones, a las plazas. Le nacen flotecitas entre las juntas, en fin.
Y allá en Barcelona, entre bares llenos de buena música y gente bella, te perdí. Perdí mi sueño de envejecer a tu lado en una casita de madera en Cabrera; de quitarnos la sal en Dudú. Perdí a los hijos que casi tenían nombre. Perdí cocinarte, bailar hasta el amanecer. Perdí agarrarte de la mano. Perdí hacerte sonreir.
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